Las competencias sociales, también llamadas competencias interpersonales o habilidades blandas, son un conjunto de competencias esenciales que mejoran la capacidad de los empleados para trabajar con otras personas e incluso repercuten en su desempeño profesional. En el caso de las empresas, dotar a los empleados de competencias interpersonales puede favorecer el entorno laboral y unos mejores resultados empresariales. Pero ¿en qué consisten exactamente las competencias sociales y cómo puedes desarrollarlas en el lugar de trabajo? En esta guía sobre formación en competencias sociales, abordaremos todo lo que necesitas saber sobre ellas, desde la definición básica de los conceptos de competencias sociales y competencias técnicas hasta los beneficios de la formación en competencias sociales y algunos ejemplos de competencias interpersonales que pueden ayudarte a desarrollar mejor tu equipo.
¿Qué es la formación en competencias sociales?
En términos simples, las competencias sociales son el conjunto de habilidades relacionadas con las personas y las situaciones sociales, más que las habilidades técnicas de una persona. Algunos ejemplos comunes de competencias sociales son el desarrollo de relaciones, el trabajo en equipo, la comunicación, la resolución de problemas y el liderazgo. Dotar a tus empleados de competencias interpersonales como las anteriores puede aportar un valor inmenso a tu empresa. Más adelante, analizaremos en detalle la importancia de este tipo de competencias.
Competencias sociales frente a competencias técnicas
A diferencia de las competencias sociales, las competencias técnicas, también llamadas habilidades duras, atienden a la destreza técnica de una persona. Las competencias técnicas se pueden adquirir y desarrollar con la práctica constante. Además, suelen ser específicas de las funciones de un puesto de trabajo. Por ejemplo, la programación, el diseño gráfico y el análisis de datos son ejemplos de competencias técnicas. La evaluación de las competencias técnicas es mucho más sencilla —se puede hacer con una prueba o encargo—, por lo que es fácil certificar la habilidad de alguien en un campo específico. En cambio, evaluar las competencias sociales supone un mayor desafío, ya que están relacionadas con rasgos de personalidad y carácter únicos.
Las ocho competencias sociales más importantes para los empleados
Existen muchos tipos de programas de formación en competencias sociales, por lo que hemos reducido nuestra selección a las más esenciales. Estas son algunas de las principales competencias interpersonales en las que deberías formar a tus empleados:
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Comunicación
Cualquier cargo empresarial puede beneficiarse de una buena comunicación, por lo que no es extraño que la comunicación ocupe el primer puesto de nuestra lista de las mejores competencias sociales. Las habilidades de comunicación no se limitan a hablar correctamente y transmitir un mensaje con claridad, sino que también implican practicar la escucha activa, es decir, escuchar atentamente a alguien para poder responderle de forma apropiada. Esto es clave para establecer relaciones sanas en el lugar de trabajo, ya sea con compañeros o clientes potenciales y actuales.
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Trabajo en equipo
Quizás saber colaborar con otras personas parezca una habilidad bastante básica, pero hay un motivo por el que probablemente te hayan inculcado esta competencia social desde el colegio. Básicamente, debemos interactuar con otras personas y tejer relaciones de confianza todos los días. Al dotar a los empleados de esta competencia interpersonal, los preparas para trabajar al unísono a fin de conseguir los objetivos del equipo y la empresa.
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Gestión del tiempo
Los atrasos continuos y el número limitado de horas de la jornada laboral convierten la gestión del tiempo en una habilidad imprescindible para cualquier trabajo. Al desarrollar esta competencia social, los empleados aumentan su productividad y mejoran la conciliación de la vida laboral y familiar. Además, de esa forma, tienen más margen para lograr sus objetivos de desarrollo personal y profesional.
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Liderazgo
No hace falta tener un cargo directivo para beneficiarse de las habilidades de liderazgo. Cualquier puesto que requiera delegar tareas, ofrecer orientación a los compañeros de equipo o los clientes, o responsabilizarte de tus tareas puede llevarte a ser un líder. Por añadidura, formar a los empleados en esta competencia social los capacita para recibir comentarios que pueden resultar incómodos, pero que son imprescindibles para mejorar el desempeño.
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Negociación
Las habilidades de negociación son una competencia social muy importante para las funciones orientadas a lograr acuerdos y cerrar negocios. Los puestos de ventas son un buen ejemplo, ya que los ejecutivos de cuentas a menudo tienen que negociar contratos importantes con posibles clientes para que ambas partes salgan beneficiadas.
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Habilidades de presentación
Una buena presentación requiere algo más que mostrar un conjunto de diapositivas visualmente atractivas. Es importante saber cómo expresar los puntos clave de modo que el público preste atención durante toda la presentación y se lleve unas ideas claras cuando termine.
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Inteligencia emocional
La inteligencia emocional (IE) es una competencia social básica para gestionar las emociones propias y las de otras personas. Además, juega un papel importante en las interacciones en el lugar de trabajo, sobre todo, a la hora de evitar malentendidos. Cuando una persona se entiende a sí misma y empatiza con la gente que le rodea, es capaz de gestionar mejor sus relaciones.
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Pensamiento crítico
El pensamiento crítico significa estar dispuesto a analizar los hechos para formarse un juicio fundamentado. Con frecuencia, también implica cuestionar tanto nuestras opiniones como las de otras personas. Esta competencia es especialmente útil para tomar decisiones sin sesgos y, por lo tanto, más profesionales.