ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
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Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
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Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
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Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
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Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
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Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
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El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
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Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
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Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
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Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
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En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
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Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.
ChatGPT es una herramienta muy útil para los autores de contenido de e-learning, especialmente cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados. Descubre cómo puede agilizar la creación de contenido de aprendizaje más eficaz.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) y, en concreto, ChatGPT en todos los sectores es innegable. Las bases de datos de IA están repletas de contenido que se extrae mediante el raspado web. Ahora el acceso a ese contenido es más sencillo gracias a ChatGPT, ya que se encarga de procesar y analizar los datos para mostrarte solo la información de mayor relevancia.
Sin embargo, estas innovaciones plantean una serie de preguntas a los profesionales de aprendizaje y desarrollo (L&D):
La respuesta es no (o todavía no).
Lo que sí puede hacer la IA es facilitar a los autores la creación de contenido mejor y más rápido.
Gracias a sus funciones y capacidades actuales, la IA se ha convertido en una valiosa herramienta que optimiza el proceso de creación de contenido. Su utilidad es aún mayor cuando se adopta un enfoque de aprendizaje generado por los empleados, dado que los encargados de crear el contenido son trabajadores y expertos en la materia (SME) que no están familiarizados con el ámbito de L&D. Algunas personas no se fían de la calidad del aprendizaje generado por los empleados porque, por lo general, los autores no tienen experiencia como creadores de contenido. Y es aquí donde la IA entra en juego.
Los empleados pueden crear recursos de aprendizaje más eficaces y atractivos para sus compañeros a partir del enorme volumen de conocimientos que brinda la IA (no obstante, esto no quita que los SME todavía deban encargarse de contrastar la relevancia y el contexto).
La tecnología de IA agiliza el proceso de creación de contenido formativo de diferentes formas:
Muchos SME tienen un sinfín de conocimientos y experiencias que compartir, pero no saben transmitirlos de forma clara y eficiente. Al fin y al cabo, que sean expertos en su campo no quiere decir que sean capaces de enseñar o redactar correctamente. ChatGPT puede ayudarles a mejorar su contenido en este aspecto.
Uno de los miedos más comunes entre los autores que comparten sus conocimientos está relacionado con el proceso de creación del contenido. Los inicios siempre suponen un reto y es posible que los autores se resistan a ponerse manos a la obra. ChatGPT puede servir de asistente proporcionando sugerencias y orientación para dar un pequeño empujón a los SME. Estos son algunos ejemplos:
ChatGPT es capaz de generar contenido aplicando diferentes estilos, como escritura formal, informal, técnica, académica, persuasiva o descriptiva. Esto permite introducir un artículo académico y pedir a la herramienta que genere un guion breve para un vídeo basado en él. También es posible introducir un informe técnico y pedirle que haga un resumen simplificado. Por lo tanto, además de corregir la gramática de los textos de los SME, ChatGPT puede ahorrarles tiempo al adaptar su contenido para diferentes fines.
ChatGPT también traduce textos. Aunque la traducción no será tan precisa como la de un traductor profesional, puede ser un buen punto de partida para acelerar el proceso y facilitarle el trabajo. En lugar de empezar de cero, el traductor puede editar y corregir el contenido traducido por la IA.
Si bien ChatGPT es una herramienta excelente para recopilar información disponible en la web, mejorar el estilo lingüístico de un texto o cambiar el formato del contenido, no es capaz de generar conocimiento técnico nuevo. Su inteligencia se limita al contenido genérico que encuentra en internet. Por lo tanto, los SME deben revisar el contenido generado por la IA para detectar información incorrecta o razonamientos incoherentes. También es recomendable complementar ese contenido con ejemplos y experiencias personales.
La siguiente imagen muestra un ejemplo en el que pedimos a ChatGPT que mejore el estilo del texto, pero no incluimos la información contextual necesaria para que la herramienta entienda lo que queremos conseguir.
Con una frase del tipo «make the content better» (mejora este contenido), ChatGPT entiende que debe limitarse a corregir el estilo del texto. Es decir, reformular el texto. En cambio, si le hubiésemos pedido lo mismo a un SME, seguro que habría mejorado el contenido añadiendo contexto, explicaciones o ejemplos.
El contexto y la relevancia son dos aspectos imprescindibles para transformar un texto en contenido de aprendizaje que permita a los empleados abordar los retos de su trabajo. Esta es la principal diferencia entre el contenido elaborado por ChatGPT y por un SME. Próximamente, publicaremos otro artículo en el blog en el que analizaremos estas diferencias en detalle.
En definitiva, la IA se limita a hacer lo que le pedimos, ni más ni menos (bueno, eso por ahora). Los SME tienen el conocimiento necesario para añadir una capa de contexto basada en su propia experiencia, por lo que el contenido resulta mucho más relevante para el lector.
Por lo tanto, aunque somos conscientes de la fama que ha ganado ChatGPT en el mundo de la creación de contenido, creemos que se trata de un asistente de IA cuyo fin no es sustituir a las personas, sino ayudarlas.